En teatro, Armando nos explicó algo que se me quedo en la cabeza. Estábamos en una de las escenas divertidas cuando, de la nada, nos paro a decir que no estaba funcionando porque no nos mirábamos a los ojos al hablar.
Nos explicó que si lo hacíamos, aparte de crear una mejor conexión entre todos, se podría ver la fragilidad del actor, o más bien, de nosotros mismos con mayor claridad, haciendo que la escena fuera mucho más real. Dijo que se nos iba a hacer difícil, porque, si nos dábamos cuenta, da miedo hacerlo y que, por eso, ya practicamente nadie mira a nadie a los ojos al decir cualquier cosa. Después, nos termino de aclarar que esto funciona debido a que, en escena, el actor debe mostrar el sentimiento o sensación del momento multiplicada por diez, y usar esta herramienta lo facilita un poco.
Nos explicó que si lo hacíamos, aparte de crear una mejor conexión entre todos, se podría ver la fragilidad del actor, o más bien, de nosotros mismos con mayor claridad, haciendo que la escena fuera mucho más real. Dijo que se nos iba a hacer difícil, porque, si nos dábamos cuenta, da miedo hacerlo y que, por eso, ya practicamente nadie mira a nadie a los ojos al decir cualquier cosa. Después, nos termino de aclarar que esto funciona debido a que, en escena, el actor debe mostrar el sentimiento o sensación del momento multiplicada por diez, y usar esta herramienta lo facilita un poco.
Seguramente no es exactamente así, pero es la idea. Y nada, me quede pensando, ya nadie mira a los ojos.
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